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¿Qué buscan los directivos cuando acuden a un business trainner?

Mejorar, progresar, avanzar… La naturaleza humana no está diseñada para permanecer anclada en un mismo nivel. Siempre, (o casi siempre), anhela descubrir qué hay más allá de sus propios límites.

De lo contrario, quedaría estancada, y en los entornos laborales actuales esa parálisis es lo peor que le puede suceder a un profesional y, por extensión, a una empresa.

Especialmente, si ese profesional ocupa un puesto de responsabilidad. No hay nada más peligroso para una organización que un directivo –y no digamos un CEO- que cree que ya lo sabe todo –e incluso se jacte de ello– y que no necesita aprender nada más. 

Esa necesidad de mejora continua es especialmente acuciante en un momento en el que la competitividad empresarial pende de un hilo muy fino: el que une las cambiantes necesidades del negocio, el mercado y la tecnología con la capacitación necesaria para afrontar esos retos que llegan sin descanso en forma de cambios.

Pero, ¿cuáles son esos desafíos en los que los líderes suelen necesitar más ayuda? Estas son algunas de esas líneas de entrenamiento en las que el trabajo de un business trainer o formador de directivos puede sacar de más de un apuro a los líderes empresariales actuales.

Comunicación efectiva

Las habilidades de comunicación han sido, son y seguirán siendo una las grandes claves del mejor liderazgo. Una comunicación clara, honesta, elocuente, transparente y bidireccional que consiga hacer llegar al equipo el mensaje adecuado sin ruido, sin distorsiones y con todas las piezas de información necesarias. Y una comunicación que se asegure de que la información circula en ambas direcciones y por todos los canales a su alcance.

Empatía / inteligencia emocional

La comunicación sin emoción no irá demasiado lejos. Un líder necesita trascender la vieja concepción de mero transmisor de órdenes o instrucciones para convertirse en fuente de inspiración permanente para su equipo, en catalizador de voluntades hacia un objetivo compartido.

Y lo mismo que ha de ser capaz de transmitir emoción, necesita desarrollar la sensibilidad suficiente para sintonizar con las necesidades de su equipo, empatizar con sus circunstancias y ser capaz de ponerse su piel.

Gestión de equipos diversos

La diversidad se ha convertido no solo en un rasgo habitual en la morfología de la mayoría de las empresas, sino en una de sus principales fortalezas. El líder ha de ser consciente de que sus colaboradores son diferentes, que responden a estímulos distintos y que, precisamente de esa heterogeneidad es de donde surge la excelencia y la capacidad para marcar la diferencia.

Digitalización

Naturalmente, en un mundo gobernado por la tecnología, las competencias digitales y los conocimientos tecnológicos no pueden faltar en la formación de un líder. Y no únicamente para que se desenvuelva con soltura en su manejo, sino, especialmente, para que se familiarice con sus códigos de trabajo.

La innovación, las metodologías agile o los sistemas híbridos o en remoto requieren sus propios registros comunicativos, tienen sus velocidades y sus dinámicas de interacción. Y es imprescindible estar familiarizado ellos.

Sostenibilidad / innovación

Cada una en su medida, la sostenibilidad y la innovación son la nueva savia que corre por las venas de la cultura organizacional. Y los líderes son los principales responsables de insuflarla y hacer que se disemine de manea transversal por todos los rincones de la compañía.

La sostenibilidad entendida en un sentido amplio (ambiental, social, ético, pero también económico), y la innovación, como la vía más directa hacia la creatividad necesaria para comenzar a diseñar el futuro de la compañía desde el presente, son irrenunciables.

Formación

La formación en estos campos requiere un doble enfoque. Por un lado, el de los mecanismos para lograr que estas disciplinas desciendan en cascada desde la alta dirección hasta las bases del organigrama y se integren de manera orgánica en su cultura.

Por otro, y en un plano más íntimo y personal, el de lograr que los líderes se convenzan y sean los primeros en creer en la necesidad de dar ese doble salto en la evolución de la empresa que dirigen y en su propia forma de liderar.   

Gestión del cambio

El cambio –y con él, sus inseparables compañeros de viaje: la incertidumbre, la volatilidad y la imprevisibilidad– ha dejado de ser la excepción o la anomalía del devenir empresarial para convertirse en el estado natural de cualquier empresa y la fórmula que mejor define la “rutina” organizacional.

Aprender a manejarlo, a gestionar las resistencias que siempre provoca y a extraer las oportunidades que anidan en esas transformaciones son enseñanzas capitales para cualquier líder, ya se trate de una gran multinacional, de una pyme, de un equipo o de uno mismo.

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