| | | |

Apoyo a iniciativas que abordan retos sociales y ambientales

En la transición hacia una economía más sostenible, hay conceptos que se repiten con frecuencia: sostenibilidad, inclusión, impacto.

Pero ¿qué ocurre cuando estas ideas se convierten en proyectos concretos, que combinan rentabilidad con beneficios ambientales y sociales? En España, algunas iniciativas están demostrando que es posible transformar sectores –como la logística, la iluminación o la reforestación– aplicando un modelo de triple impacto.

Te presentamos cuatro proyectos que están marcando la diferencia, impulsados por emprendedores con visión y respaldados por el apoyo estratégico de Fundación Repsol.

Reforestar para recuperar empleo y biodiversidad

Grupo Sylvestris es una empresa especializada en ingeniería forestal, con quien Fundación Repsol desarrolla el proyecto Motor Verde, iniciativa que nace con doble ambición: contribuir a absorber emisiones de CO₂ mediante la reforestación de terrenos quemados o baldíos y dinamizar territorios rurales.

Lo que comenzó como una empresa de ingeniería forestal, hoy se ha transformado en una iniciativa a gran escala que ya ha reforestado más de 5.000 hectáreas en España y Portugal.

Sylvestris

La idea es simple, pero poderosa: plantar árboles de especies autóctonas que capturen carbono de forma natural y, al mismo tiempo, generar empleo para personas en situación de vulnerabilidad en zonas rurales. La reforestación no solo recupera ecosistemas, sino que también ofrece una salida económica y social a muchos municipios despoblados.

“Si hay empleo, más gente puede quedarse a vivir en el pueblo. Eso trae nuevos servicios, más actividad económica y oportunidades”, explica Javier Torres, Director de Repsol Impacto Social, desde Fundación Repsol.

Entregas en bicicleta o a pie

En plena eclosión del e-commerce, Koiki apuesta por un modelo de última milla completamente distinto al de las grandes plataformas: entregas en bicicleta o a pie, desde microcentros de distribución gestionados por entidades sociales.

Este sistema no solo reduce emisiones de CO₂, sino que genera oportunidades laborales para colectivos con dificultades de inserción, como personas con discapacidad.

La clave está en la colaboración local: las ONG y asociaciones barriales se convierten en nodos logísticos, lo que fortalece el tejido social de los barrios y da una segunda vida a infraestructuras infrautilizadas.

Koiki demuestra que otra forma de repartir es posible: más ecoeficiente, más humana y más cercana.

Koiki

Iluminación LED con vocación formativa

Hispaled es una empresa industrial especializada en tecnología LED, que destaca por algo poco común: su condición de empresa de inserción. Desde sus inicios, ha estado orientada a formar y emplear a jóvenes en riesgo de exclusión social, especialmente en el ámbito de la fabricación y la instalación de luminarias urbanas.

Lo interesante del modelo de Hispaled es cómo combina I+D con impacto social. La empresa desarrolla tecnología propia, al tiempo que diseña itinerarios formativos que permiten a los jóvenes acceder a un empleo estable o continuar su carrera en el sector tecnológico.

Hispaled

Pablo, un joven camerunés que trabaja mientras se forma en Hispaled, lo resume así: “Aquí he empezado a soñar en grande y a sentirme útil”.

Eficiencia energética para todos los hogares

GNE Finance aborda un problema silencioso pero muy presente: la falta de eficiencia energética en viviendas, especialmente en hogares con menos recursos.

Su modelo combina asesoramiento técnico, gestión administrativa y acceso a financiación para realizar reformas que mejoren el confort térmico y reduzcan el consumo energético.

En un contexto en el que la pobreza energética afecta a miles de familias, esta empresa se posiciona como un facilitador entre administraciones, comunidades de vecinos y entidades financieras, asegurando que las ayudas públicas lleguen a quienes más las necesitan.

La rehabilitación energética no debería ser un lujo. GNE Finance trabaja para que sea un derecho.

Inversión con impacto tangible

Todos estos proyectos tienen algo en común: combinan viabilidad económica con un compromiso claro por mejorar el entorno –ya sea natural, social o urbano–. Detrás de ellos hay emprendedores que no se conforman con hacer las cosas bien: quieren hacerlas mejor.

Fundación Repsol, colabora activamente en el desarrollo de estas iniciativas, ayudándolas a escalar, profesionalizarse y medir su impacto. Pero el mérito principal está en los propios proyectos, que ofrecen soluciones reales a problemas urgentes.

Aportar sin renunciar a la rentabilidad

Estos cuatro ejemplos muestran que es posible emprender con propósito, sin caer en discursos vacíos. Son modelos replicables, escalables y, sobre todo, necesarios.

Apostar por el impacto no significa renunciar a la rentabilidad y la colaboración con entidades sociales y comunidades locales puede abrir nuevas vías de innovación.

Publicaciones Similares