Nuevo capítulo en el serial de los aranceles ‘recíprocos’ que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha impuesto a todos los países del mundo en su delirio proteccionista.

El Tribunal de Comercio Internacional de EEUU declaró ayer ilegales las tasas impuestas a las importaciones, al considerar que la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional invocada por el empresario no le otorga autoridad ilimitada establecer dichos gravámenes a los productos procedentes de prácticamente cualquier lugar del planeta.

Trump echó mano de dicha ley, promulgada en 1977 y que se refiere principalmente al comercio internacional, embargos y sanciones, para imponer estos aranceles. Sin embargo, en la misma ni siquiera se mencionan los aranceles, según indica The New York Times.

Pese a ello, el magnate retorció la norma para arrogarse la capacidad de establecer dichas tasas que él y su equipo consideran ‘recíprocas’. Es decir, que responden a las tarifas impuestas a las importaciones de productos estadounidenses en el resto de países, al desequilibrio entra las importaciones y exportaciones entre EEUU y aquellas naciones u otros criterios bastante aleatorios.

Los jueces paran los pies a Trump…

Afortunadamente, el famoso check & balance estadounidense, el principio de separación de poderes, parece seguir funcionando.

La administración se ha parapetado en el gran déficit comercial del país para justificar sus acciones e imponer estos aranceles de manera inmediata, sin esperar a que el Congreso actúe y sin que el gobierno recopile informes o solicite análisis, algo exigido para la aprobación de las leyes comerciales.

Esto ha provocado la respuesta de la sociedad civil. VOS, un importador de vinos y licores, calificó la decisión de Trump de establecer gravámenes a China y otros países como una “toma de poder”, argumentando que la ley de emergencia económica no dice explícitamente que el presidente pueda imponer aranceles, según recoge The New York Times.

Además, cuestionó la justificación del presidente para invocar esa ley de emergencia por el persistente déficit comercial del país, ya que se trata de una situación que lleva décadas gestándose y no puede considerarse una emergencia.

Igualmente, el asesor del Liberty Justice Center, que ha representado a los demandantes, expuso ante el tribunal que la posición adoptada por Trump le permitiría imponer aranceles “a cualquier país y en cualquier momento” sólo con declarar el estado de emergencia.

El panel de jueces federales del Tribunal de Comercio Internacional, organismo competente en esta materia, escuchó ayer éstos y otros argumentos y estimó que muchos de los aranceles Trump, aunque no todos, exceden cualquier autoridad otorgada al presidente por la ley de emergencia, por lo que son declarados ilegales.

Así pues, la sentencia da 10 días al poder ejecutivo para completar el proceso burocrático para acabar con ellos. No obstante, el proceso será más largo, puesto que la administración Trump prevé apelar el dictamen.

Si finalmente se viera obligado a retirar estas tasas, Trump perdería su principal arma en sus relaciones internacionales, ya que el presidente está usando los aranceles como moneda de cambio en su estrategia negociadora, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión.

… aunque quedan puertas abiertas

The New York Times reseña que esta decisión del tribunal no afecta a los aranceles emitidos por Trump bajo autoridades legales separadas, como los gravámenes sobre el acero y el aluminio o los automóviles, así como otros con los que Trump ha amenazado en el ámbito farmacéutico, semiconductores y otros productos críticos.

De este modo, queda una puerta entreabierta para el establecimiento de aranceles específicos o generales para cada país a través de otras fórmulas legales distintas de la ley de emergencia utilizada hasta ahora por el presidente republicano en la mayoría de los casos.

Por otro lado, el fallo concede a Trump la posibilidad de aprobar aranceles por un periodo limitado de 150 días y con un techo del 15% como respuesta al déficit comercial, pero amparándose en otra disposición legal, según informa El País.

Como acababan los míticos seriales de los años 70 y 80, de los que parece sacado el presidente estadounidense… Continuará.