La estructura de costes permite entender cómo se distribuyen los gastos y optimizar recursos. Por ello, se considera fundamental dentro de la gestión de empresas y al momento de desarrollar ideas de negocio. Con esto se puede mejorar la rentabilidad mientras se hace una planificación financiera a largo plazo.

Si estás por abrir un negocio y te interesa el mundo organizacional, es ideal que comprendas todo sobre las estructuras de costes. Al conocerlo, tendrás una visión más clara de cómo se llevan los gastos operativos, posibles márgenes de beneficios, y otros elementos.

A lo largo de este artículo podrás descubrir más detalles. Aquí desarrollaremos el concepto de estructura de costes en una empresa. También hablaremos de la mejor forma de hacerlo, los tipos y más información relevante.

¿Qué es una estructura de costes de una empresa?

La estructura de costes de una empresa es aquella en donde se distribuyen o clasifican los gastos para operar el negocio. Aquí se incluyen los costes fijos y variables que cada empresa debe afrontar para producir bienes o servicios.

En ese sentido, con esta estructura se pueden identificar hacia qué lugares va el dinero, y las mejores formas de optimizarlo. Por ejemplo, poder mejorar las operaciones con todos los costes que conlleva, pero seguir siendo rentables. 

Si se define bien, la estructura de costes puede apoyar la planificación financiera de la empresa e impulsar las decisiones más estratégicas. 

¿Cómo hacer la estructura de costes de una empresa?

Para crear la estructura de costes, debes seguir estos pasos: 

1. Identificar los costes: Hay que determinar todos los gastos asociados a la operación del negocio, incluyendo los fijos y variables.
2. Clasificar los costes: El siguiente paso será organizar los costes en categorías específicas para facilitar su análisis y gestión.
3. Asignar los costes: Aquí toca distribuir los costes en las diferentes áreas o departamentos a los cuales corresponda.
4. Analizar los costes: Hay que evaluar los costes identificados para analizar qué oportunidades hay de optimización.
5. Monitoreo y revisión: Por último, hay que realizar un seguimiento constante de los costes y ajustar la estructura según sea necesario.

Tipos de estructuras de costes

Hay dos tipos de estructuras de costes, las que están basadas en los costes como tal y las que están basadas en el valor. A continuación, te lo explicamos. 

Estructuras de costes basadas en los costes

Este tipo de estructura se hace clasificando y analizando cada detalle sobre los gastos en que incurre una empresa. Es un enfoque que permite gestionar bien los costes e identificar áreas donde se pueden reducir costos sin que la calidad del producto se vea afectada.

Suele ser recomendada para empresas que buscan optimizar las operaciones y tener mayor margen de beneficio. Además, permite comprender a dónde van dirigidos los recursos.

Estructuras de costes basadas en el valor

En el caso de la estructura basada en el valor, se trata de aquella que relaciona los costes con el valor que aporta al producto o servicio final. Es un enfoque que pretende aumentar el valor que percibe el cliente mientras que se optimizan los costes.

Si tratamos de añadir valor, las empresas pueden hacerse más competitivas y generar mayor satisfacción en el cliente. Por ello, es una estructura excelente para los mercados competitivos,

¿Qué elementos forman parte de una estructura de costes?

No puedes entender una estructura de costes sin conocer los elementos que tiene. Aquí te explicamos cada uno.

1. Costes fijos: Son los gastos que permanecen constantes independientemente del nivel de producción o ventas. Un ejemplo son los salarios o alquileres.
2. Costes variables: Son gastos que varían directamente con el nivel de producción. Los más comunes son las materias primas y comisiones de ventas.
3. Costes semivariables: Se tratan de gastos que pueden tener elementos fijos y variables, como servicios públicos que tienen una tarifa, pero también montos adicionales según el consumo.
4. Costes directos: Aquí se incluyen los gastos que se pueden asignar directamente a la producción de un bien o servicio, como materiales y mano de obra directa.
5. Costes indirectos: Son los gastos que no se pueden asignar directamente a un producto específico, como la administración y el marketing.

Factores que aumentan los costes empresariales

También debemos hablar de los factores que aumentan los costes empresariales, ya que son puntos que toca vigilar para optimizar gastos. 

1. Incremento en el precio de las materias primas: Cuando hay un aumento en el coste de los insumos claves para producir y operar.
2. Costes laborales elevados: Cuando existen salarios más altos y beneficios adicionales. Esto, sin duda, incrementa los costes de la empresa.
3. Inflación: Es normal que un aumento generalizado de los precios afecte a nivel comercial y con el incremento de servicios y productos.
4. Regulaciones y cumplimiento: Cumplir con normativas legales también puede generar costes adicionales, en especial por tiempo y recursos.
5. Impactos tecnológicos: Aunque es algo positivo, la implementación de nuevas tecnologías, requiere de una inversión inicial alta.