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Los repartidores de Glovo, en plantilla desde el 1 de julio

El culebrón de Glovo y sus riders parece que toca a su fin. Después de años de litigios, empeñada en defender su modelo de repartidores bajo la fórmula de los ‘falsos autónomos’, la compañía por fin va a regularizar la relación laboral con sus repartidores. Y ya hay una fecha marcada en el calendario: el 1 de julio.

Pero llegar hasta este punto no ha sido sencillo. Como contábamos en este artículo, la situación legal de Glovo se complicó mucho a raíz de la aprobación de la denominada ‘Ley Rider’, creada específicamente para regular la actividad de los trabajadores que prestan servicios de reparto mediante plataformas digitales como la suya.

Dicha ley reconocía la presunción de laboralidad de la actividad de quienes prestan servicios retribuidos consistentes en el reparto o distribución de cualquier tipo de producto de consumo o mercancía por parte de este tipo de plataformas digitales, que son quienes están en poder de las facultades de organizar, dirigir y controlar esta actividad algoritmos, además de ser quienes establecer las condiciones de trabajo.

Sin embargo, la empresa dirigida por Oscar Pierre no se rindió y siguió adelante con su batalla en los juzgados, pero con escasa fortuna. En 2020, el Tribunal Supremo reconoció que sus riders eran realmente asalariados. Y en 2023, la Inspección de Trabajo anunció que regularizaría como personal laboral a 3.060 falsos autónomos de Glovo en Andalucía.

En todo momento, la compañía ha sido respaldada por su matriz, la alemana Delivery Hero, que en su memoria financiera del año pasado afirmaba que “Glovo coopera con las autoridades y defenderá la condición de autónomos de los repartidores en todas las instancias de apelación disponibles”.

Aunque era consciente de que había muchas posibilidades de tener que asumir un pago de entre 260 y 430 millones de euros en caso de perder los litigios en marcha y tener que hacer frente las correspondientes sanciones, las cotizaciones no pagadas a la Seguridad Social y los recargos por la demora.

El último capítulo de este serial llegó cuando Pierre fue citado a declarar a finales del año pasado, acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores.

Finalmente, la empresa dio su brazo a torcer y Delivery Hero anunció en un comunicado que Glovo adoptaría un modelo basado en la contratación laboral de repartidores en España.

Glovo se adapta a la ley

La compañía de delivery empezó a adaptarse a las exigencias legales el pasado mes de abril, cuando contrató a sus primeros riders en plantilla. Según contaba El Periódico, se trataba de un programa piloto con alrededor de 20 repartidores contratados a tiempo parcial (30 horas semanales) y con un sueldo conforme al último convenio estatal de mensajería, lo que se traduce en un salario mínimo de 888 euros al mes.

Ahora, tras seis meses preparando el plan para regularizar a sus repartidores y negociando con sindicatos y trabajadores, parece que los riders de Glovo pasarán a formar parte de su plantilla el próximo 1 de julio.

Según informa El Mundo, algo más de 5.000 repartidores han aceptado la oferta de la compañía hasta el momento. Es decir, menos del 15% de sus más 34.000 riders. El diario señala que 20.000 de ellos están dados de alta en la Seguridad Social tras la inspección de Trabajo del pasado verano, por lo que muchos ya están trabajando en otras empresas. Y los otros 14.000 comenzaron a trabajar con Glovo tras aquella resolución.

El Mundo especifica que Glovo ha realizado su oferta teniendo en cuenta las horas que han trabajado de media estos repartidores y el cálculo que hizo la inspección. Sin embargo, dichas estimaciones suelen dar como resultado contratos de pocas horas, ya que sólo se tienen en cuenta los tramos de reparto efectivo, según los sindicatos.

Por eso, la compañía ha dado la opción de ampliar hasta 30 horas más siete complementarias. No obstante, Glovo ajustará esta carga de trabajo en función de los empleados que acepten su propuesta.

Los riders que no rechacen expresamente la oferta también serán contratados, pero la relación laboral se rescindirá si no acuden al puesto de trabajo

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