Cada vez usamos más la IA generativa en el trabajo. Sorprendentemente, la mayoría de los profesionales no se siente preparado
La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha dejado de ser una tendencia emergente para consolidarse como una transformación estructural en múltiples sectores, incluida la comunicación corporativa. Así lo confirma el reciente informe presentado por Axicom, titulado «IA generativa en comunicación corporativa en España (2025)», una radiografía muy completa sobre cómo se está usando esta tecnología en departamentos de comunicación, branding y relaciones públicas en el país.
Basado en una encuesta a 100 profesionales del sector, el estudio revela una adopción generalizada de la IA generativa en tareas operativas, aunque todavía carente de una integración estratégica y ética sólida. El mensaje es claro: la Gen AI está aquí para quedarse, pero su aplicación responsable exige mucho más que entusiasmo tecnológico.
Del hype a la práctica: mucho uso, poca estrategia
Según el informe, el 60,6% de los profesionales del sector ya utiliza herramientas de IA generativa de forma habitual, mientras que otro 35,2% lo hace de forma ocasional. Esto significa que prácticamente la totalidad del sector ha incorporado estas tecnologías a su día a día, algo impensable hace apenas dos años. El listado de las herramientas más utilizadas no sorprende demasiado: ChatGPT lidera con un 97,2% de penetración, seguida de Copilot (62%), Gemini (50,7%) y plataformas visuales como Canva Magic Studio (42,3%) y Midjourney (23,9%).
Sin embargo, su uso se concentra mayoritariamente en tareas operativas y de bajo riesgo: generación de contenidos (84,1%), apoyo en creatividad y brainstorming (62,3%), documentación (56,5%) y personalización de mensajes (47,8%).
En cambio, su papel en áreas sensibles como la gestión de crisis o la detección de desinformación sigue siendo marginal (1,4%), reflejo de una (comprensible) cautela ante los riesgos reputacionales de delegar decisiones críticas a algoritmos.
La gran brecha: formación y criterios éticos
Uno de los hallazgos más significativos del estudio es la brecha entre uso y formación. Sólo un 31% de los encuestados se siente realmente preparado para utilizar la IA generativa de forma ética y eficaz. Un 21,1% admite no tener la formación necesaria y un 47,9% reconoce tener dudas o preparación parcial.
Esta carencia se traduce en riesgos operativos concretos, que los profesionales encuestados han identificado: errores factuales (60,6%), estilo genérico o poco natural (54,9%), pérdida de autenticidad (54,9%), invención de datos (52,1%) y dudas legales sobre propiedad intelectual (50,7%).
“Estamos en un punto de inflexión. La IA generativa ya no es una opción, pero formar a los equipos y construir marcos éticos es tan urgente como adoptar la herramienta en sí”, advierte Mónica González Ortín, Country Manager de Axicom España.
¿Y qué pasa con la gobernanza interna?
Solo un tercio de las organizaciones analizadas (32,4%) tiene una política clara sobre el uso de IA generativa. El resto se divide entre aquellas que carecen de normativa (35,2%), las que están en fase de desarrollo (23,9%) y un 8,5% que directamente lo desconoce. Esto genera una disonancia evidente: mientras los profesionales perciben claramente los riesgos reputacionales —pérdida de rigor, saturación informativa, opacidad o sesgos algorítmicos—, es evidente que las estructuras de gobernanza aún no están a la altura de esa percepción.
Para Axicom, liderar la integración de la IA generativa exige definir prioridades estratégicas claras: formar a los equipos en competencias digitales y éticas, crear marcos normativos internos, validar siempre los outputs de IA con revisión humana, y construir una cultura transversal en la que comunicación, legal, tecnología y compliance trabajen en sintonía.
Estos datos encajan con los que te explicamos recientemente a partir de un informe de Microsoft, que señala que el 50% de los líderes españoles considera que capacitar a sus equipos en el uso de la IA será una de las responsabilidades clave en los próximos cinco años.
En este contexto, acudir a entidades especializadas a formación en inteligencia artificial aplicada a la empresa se vuelve una alternativa más que recomendable para lograr cerrar esta brecha a nivel de capacitación e integrar la IA de manera estructural en el trabajo diario y no solo como una herramienta aislada.
¿Y el futuro? Personalización, análisis y liderazgo reputacional
El 97% de los encuestados cree que la IA generativa jugará un papel clave en el futuro de la comunicación corporativa. Las principales áreas de aplicación serán la producción de contenidos (74,6%), el análisis de datos y tendencias (63,4%), la personalización de mensajes (60,6%) y la generación visual o multimedia (52,1%).
Al mismo tiempo, también emergen nuevas oportunidades como la formación interna (29,6%) y la comunicación interna (22,5%), en un contexto donde el propio equipo de comunicación debe adaptarse cultural y profesionalmente al cambio tecnológico.
Según González Ortín, el perfil del profesional de comunicación se está transformando profundamente: de redactor a facilitador, de ejecutor a intérprete estratégico. «El éxito de la IA en comunicación no dependerá sólo de lo que la herramienta pueda hacer, sino de quién sabe hacer algo valioso con ella».
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